miércoles, diciembre 06, 2006

¿Recuerdas...

… aquella tarde en la que supe de tu existencia? O tal vez recuerdes esa misma noche, cuando la madrugada nos sorprendió platicando de mil cosas. La infinidad de preguntas que te hice, como si quisiera conocer toda tu vida en ese momento.

… la primera vez que hablamos por teléfono? Cómo olvidar tu voz… y la magia que sentí al escucharla. Y la primera vez que me invitaste a salir. Me preguntaba si sería en serio, o si sólo lo decías por quedar bien.

… nuestro primer abrazo? O la primera vez que tomé tu mano. Me veías fijamente a los ojos y yo sólo pude preguntarte tímidamente si íbamos a seguir saliendo, a lo que tú respondiste con (una de las frases que más adoro en esta vida cuando sale de tus labios) “obvio sí”.

… aquél día en el que fuiste por primera vez a mi trabajo? Jamás lo olvidaré. Creí que tenía todo bajo control… y no. Al verte, sentí cómo todas mis emociones empezaron a tener vida propia y se olvidaron (hasta la fecha) de lo que es la cordura.

… nuestra primera ida al cine? Era desesperante querer besarte y tener que contener las ganas, y sólo tomar tu mano y consolarme con ponerle atención a la película que elegiste. Recuerdo tanto que, al mirarte de reojo, tus ojos se clavaban en los míos, como queriendo aprenderte de memoria cada parpadeo.

… cuando me llamaste y pusiste una de nuestras canciones? “… Ahora que tu beso floreció en mi desierto corazón, hay mariposas aleteándome en el pecho este amor…”

… nuestra primera pelea? Fue la primera vez que sentí celos…

… la primera noche? Acostarme a tu lado. Sentir tus brazos rodeando mi cintura. Abrir mis ojos y verte enseguida de mí, sonriéndome. Abrazarte, como si la noche fuera eterna y no existiera nadie más en tu casa. Poder besar tu espalda con toda la ternura que me fue posible sentir. Ver los primeros (y los pocos) rayos de luz que lograron entrar a tu cuarto, junto a ti.

… la “serenata” en mi ventana? Jamás, nadie había hecho eso. Adoro tus detalles, tus ocurrencias, tu forma de mandar todo al demonio con tal de hacerme feliz.

… cada beso, cada abrazo, cada caricia, cada mirada, cada frase de amor, cada “te quiero”? Yo sí… Y te agradezco por cada uno de ellos.

No es tan fácil describir cada sentimiento que me has despertado en estos meses a tu lado. Te agradezco con toda el alma que, aun con todos los obstáculos, sigues conmigo, regalándome más de ti. GRACIAS, GRACIAS, GRACIAS amor, por valorar cada segundo compartido. Por inventarte mil pretextos con tal de estar conmigo unos minutos más. Por ayudarme a remar contra la corriente para seguir con este regalo hermoso de la vida, aunque a veces nos extraviemos por unos minutos.

Quiero reafirmarte que, hoy por hoy, TÚ eres la persona más importante. Tú eres la persona que deseo tener en mi cama todas las noches. Tú tienes la única voz que ansío escuchar en el día. Sólo tú tienes los besos que quiero sentir todas las noches. Tus manos son las únicas que pueden despertar deseos en mí. Tus ojitos hermosos son los únicos en los que quiero ver mi reflejo. Tus brazos son los únicos en los que deseo estar.

GRACIAS por quererme…